Esta extraña tarde desde mi ventana trae la brisa vieja de por la mañana. No hay nada aquí solo unos días que se aprestan a pasar solo una tarde en que se puede respirar un diminuto instante inmenso en el vivir después mirar la realidad y nada más, y nada más. Ahora me parece que hubiera vivido un caudal de siglos por viejos caminos. No hay nada aquí solo unos días que se aprestan a pasar solo una tarde en que se puede respirar un diminuto instante inmenso en el vivir después mirar la realidad y nada más, y nada más.