Temprano ensillé el rosillo Y acomodé en la encimera La llave torniquetera Un lazo corto y sencillo El ovejero amarillo Oservando mi quehacer Como sabiendo el deber Que por gusto le proboca Con el cabresto en la boca Me invitaba a recorrer Volví a buscar la cuchilla Los cigarros y el sombrero De paso solté el nochero Que relinchó la tropilla Una neblina tordilla Entró a mojarme el recao Y en el vapor levantao Tata Dios, lucía sus mañas Bordando de telarañas Los hilos del alambrao Abrí la primer tranquera Sin bajarme del rosillo Y entré a contar los novillos Con conocencia campera Ya noté que en la primera Uno me andaba faltando Los volví a contar mirando Con duda en el entrecejo Cuando algo extraño a lo lejos Me hizo salir galopeando De un tironsito exigido Llegué rodeao de chimangos Taba el poncho de un Polanco En el alambre tendido Desmonté medio aflijido Oservando los detalles Rogando que no me falle La sospecha que tenía Por unas marcas que había Con dirección a la calle Hallé al final de mi empeño A unos cien metros el rodao De un carro desvencijao Que bien conozco a su dueño Cuando el hambre mata el sueño La razón de a poco merma Y no hay honradez que duerma Si allá en la tapera están Diez bocas pidiendo pan Y una mujer muy enferma Cabrestiando a la razón Y echando en el anca el cuero Dejé al tranquito el potrero Pa cumplir con la misión De anoticiarle al patrón “Que al negro en una pialada Por curarle la abichada Sin querer lo desnuqué Sobre el pucho lo cuerié Y se lo di a la perrada”