El perro es un compañero en quien se puede confiar No lo ha de desamparar por más que peligre el cuero Y si es grande el entrevero; se pone muy avesao' No sea que algún malvao' quiera pegarle de atrás Porque a la carga se va y después vuelve a su lado Si da la casualidad que su amo en cualquier momento Perdiera el conocimiento vencido por la ebriedad Si al suelo cae sin piedad y el sueño lo toma fuerte El en guardia se convierte y cuida de que pasara Alguien quien lo molestara hasta que todo despierte Es más fiel que la mujer; el hermano y el amigo Es tan cierto lo que digo según mi modo de ver Es noble en su parecer y si el amo es un tirano Quizás con gesto profano y si lo hiere de un puntapié Lo llama y vuelve otra vez para lamerle la mano ¿¡Qué tiene el perro!? ¿¡No paisano? ¡Ya lo creo compañero! En mi vida de bohemio mustio por la soledad Me inspiro con ansiedad ¡quisiera ser un genio! Llevo como injusto premio mi desventura materna La perdí en edad muy tierna por mi destino malvado Y hoy solo soy amparado ¡ay! ¡por mi perro en las tabernas!