Déjame llevar las flores de la niebla Hasta tu voz de errante brillo inalcanzable Nunca dejé de respirar La tentación que corría por la sangre Ya cruce pumas hambrientos de la estepa Al caminar Siguiendo al río y que enturbiaba La soledad de una traición Un cuervo gris Que acechaba por las sombras Regresaré cuando la tarde se haga tibia Para dejar llevarse al viento mis cenizas Secar la piel de la intención Volverse sal tierra y eco oxidado Déjame llevar las flores de la niebla Hasta tu voz de errante brillo inalcanzable Nunca dejé de respirar La tentación que corría por la sangre