Eran dos casitas Las dos parecían igualitas Una sobre la roca estaba construida Vino la tormenta Y el fuerte viento soplo, soplo y sopló Y la casita firme, quedo, quedo, quedo Así es todo aquel que obedece la palabra del Señor Pero la otra casita sobre la arena estaba construida Vino la tormenta y el viento fuerte sopló, sopló y sopló Y el viento fuerte sopló, sopló y sopló Y la casita cayó, cayó, cayó y la casita cayó, cayó, cayó Así es todo aquel que no obedece la palabra del Señor Así es todo aquel que no obedece la palabra del Señor Yo quiero obedecer, yo quiero obedecer, yo quiero obedecer a mi Señor