Cuando iba contigo a la escuela, ya tenía yo la idea que algún día serías, pequeña, tú la dueña de mi corazón... Y hoy que sos una flor quinceañera, subyugante, linda y buena... de aquel tiempo feliz, te recuerdas y te canto con tímida voz. ¡Ay, que lindo es estar junto a ti!, colegiala de mi corazón y notar en tu cara al mirarte un suave rubor... ¡Ay, que lindo es estar junto a ti!, colegiala de mi corazón, y cantarte bajito al oído, que tú eres mi amor.