Señora... gracias por estar a tu lado. Por haberme asociado para abrigar tus horas y tus noches de pecados. Señora... gracias por haberme cobijado por haber encontrado un corazón amante en tus días como amado. Señora... gracias por todos tus regalos. Por todos tus halagos por enriquecer mis noches como un joven becado. Señora... de caprichos alocados. Hoy me siento protegido por haberme elegido como un niño mimado. Como un niño mimado. Con regalos importados. Con perfumes costosos. Con libros ilustrados. Y por eso señora... No quiero vivir rentado. Quiero volver a mi vida con un corazón librado. Señora... Adiós señora. Ya fui tu joven amado. Un joven protegido. Un joven bien becado. Adiós... Señora... Adiós.