Un corazón como el tuyo, ay, lo quisiera encerrar en un frasco de perfume y que no pueda arrancar. Te vai, me voy, ¡qué solito estoy! Un corazón como el tuyo que me dejó de querer con un puñalito de oro lo voy a hacer padecer. Dos corazones amantes, tiritando de emoción, se reconocen de lejos los denuncia la pasión. Un corazón como el tuyo que no conoce la mar, se fue a navegar solito en busca de libertad.