A caballo en una escoba andaba el niño Manuel. De atrás gritaba María: "Dámela, que hay que barrer". En otra ocasión yo vi a Mariíta esperando con la comida servida y el niño andaba jugando. También un día domingo que andaba limpio y peinado, dicen que cayó una poza y quedó todo mojado. Aquí se acaba la historia del Manuelito chileno que un día sacando frutas de un árbol se vino al suelo.