Ya se llevan a Jesús, ante Anás y Caifás, Pedro al negarlo tres veces, el gallo le va a cantar. "Eres discípulo de él", y Pedro dirá que no, "No, no, no". "Pero estabas en el huerto", y de nuevo lo negó. La sinagoga y el templo han escuchado mi voz, mi prédica es cara al viento, nada oculto donde voy. Pregunta a los que han oído mi pensamiento y palabras, nada esconde quien reparte el amor como enseñanza.