No, no, que no tenga libertad como es Pascua, deja libre al salteador, Barrabás. Pilatos ordena entonces que lo vayan a azotar, y con corona de espinas a rey lo coronarán. Sale de nuevo Pilatos comunica a los judíos, "Aquí tenéis a este hombre, yo no le encuentro delito". "Crucifícale, crucifícale, crucifícale, crucifícale". Vuelve Pilatos a Jesús, y le dice "¿Qué respondes? Tú mismo puedes salvarte o puedes crucificarte". "Crucifícale, crucifícale, crucifícale, crucifícale". Pilatos quiso librar de la cruz al Nazareno, a los judíos decía: "Dejad a este hombre que es bueno". "Aquel que se ha dicho rey de los judíos, es enemigo del César. Crucíficale y pronto", gritaban como unas fieras. "Aquí está vuestro rey, es el rey de los judíos", dijo Pilatos en la puerta, defendiendo al perseguido. Nada podría salvarlo, se cumplía la escritura. Ya va camino al Calvario, se acerca a la sepultura.