Las dos amigas se encuentran, quince años que no se ven siempre las siguió el recuerdo beso inocente de ayer. Se atarantan de miradas, redescubren quién es quien y se huelen como flores al contacto de la piel. Palabras no necesitan, sólo tienen la intuición que lo que quedó pendiente hoy encuentra solución. Se entrelazan las amigas cuando va cayendo el sol. En sus gestos hay urgencias que delatan la emoción. Las dos dan el primer paso sin mentiras ni temor. Recorren por las espaldas tiernas y ávidas manos, al encontrarse los pechos solitos se desnudaron. Gotas de miel van rodando del cielo hasta la rodilla, las amigas van saciando antigua sed contenida. Vuelven y giran los besos sin límite ni avaricia, la pasión en una mano índice de las delicias.