Compañera, abra los ojos, ya la noche terminó, el trabajo nos espera y debemos ir los dos. Junto a su mano yo anduve buscando el ancho camino el del hombre generoso, generoso como el vino. Compañera, compañera, hoy la patria necesita que sean miles de manos que trabajen en la trilla. Usted le dirá a su hijo que camine con confianza, que nunca estuvo más cerca de agarrar una esperanza. Dígame si no es hermoso, compañera, demostrar que muchos granos de arena pueden contener al mar.