Mirando mirar la mar y los barcos que pasaban me puse a considerar cuánta vida nos quedaba. Entre tu tierra y la mía hay mucha agua que cruzar y como el agua es la vida mi vida te voy a dar. Yo no le pido al destino milagro ni maravilla, que dé sus frutos, si quiere, al que sembró semilla. La humedad de los helechos del sur te viene nombrando. Dime cual verde te gusta para pintarlo en mi canto. Andan mis besos perdidos en el fondo de tu lago. Si me ayudas a encontrarlos te los daré de regalo.