(Basada en un tema anterior compuesto por Osvaldo Torres con letra de Miguel Hernández al que Ángel Parra le puso otro texto.) Yo no le temo a la muerte, le temo a la sinrazón y ante la violencia me encomiendo a Dios. No reconoce el cobarde el crimen que cometió y ante su insolencia lo encomiendo a Dios. Vuelvo y canto, vivo y quiero, me despierto con el sol que me dice: "Hoy, hermano, no olvides lo que pasó." ¡No, no, no, no, no lo olvido yo! A una vida de destierro la bruja me condenó, y aquí estoy de nuevo sin pedir perdón. No hay mal que dure cien años, me lo dice el corazón y aquí estoy de nuevo sin pedir perdón.