Soledad era tu nombre, símbolo de tantos miles, te llenaron de fusiles en una tarde invernal. Tu misión en esta guerra era encontrar la unidad, y es ahí que te sorprende la metralla criminal. Soledad, ya no estás sola, tu semilla floreció, son muchas las soledades que cuidan tu plantación. Puede llamarse María, Rosa se puede llamar, Soledad se llama hoy día quien busca la libertad. De Bahía hasta Santiago, de Jujuy a Puerto Montt se abre paso a la conciencia, a la lucha y al amor.