Aquí tienen a Calandria que es un mozo de renombre, el que para un tango criollo no le teme a ningún hombre; el que siempre está dispuesto si se trata de farrear; el que cantando milongas siempre se hace respetar. No hay campadre que me asuste, por más guapo y cuchillero, porque en casos apurados sé manejar el acero. El miedo no lo conozco y jamás me sé asustar, y el que pretenda ganarme tiene mucho que sudar. Soy compadre entre compadres y decente entre la gente, pues como conozco el mundo me arreglo a cualquier ambiente. Sigo el consejo de un sabio que me solía decir: "Vivir cualquier sonzo sabe, la biblia es saber vivir". No siento penas ni agravios ni me quejo de la suerte; para farrear he nacido y así seré hasta la muerte; y cuando expirar me toque, lo juro de corazón: moriré como buen criollo, dando un viva a mi nación.