Anteanoche me invitaron pa' un bailongo de primera que daba Ña Baldomera la viuda de Ño Ramón. Festejando el natalicio de su hijita Emerenciana quería echar una cana al aire, en esa ocasión. La patrona había invitado a la rubia Casimira, A Pepa, la ñata Elvira y a la mulata Pilar; a la china Benjamina a Rosa, la tucumana, a la parduzca Bibiana y a Lola la del lunar. Entre los hombres estaban ño Facundo el pastelero, el chino Lucio, "El fulero", y Mariano, el del flemón, "El pata chueca", Anastasio, el panza de agua, Calixto, el ojo ñeque Evaristo y el pardo Leguizamón. Yo que por bailar me muero me hice la "tualé" al momento y rumboso y muy contento pa'l bailongo me largué. Llegué por fin a la casa de la viuda Baldomera y vislumbré desde afuera que estaba de rechupé. Me colé y estando adentro Me dijo ña Baldomera: - "Saqui, numás, cumpañera que la pieza va a empezar". Yo no me hice rogar mucho y saqué una italianita que en un rincón muy solita no hacía sino planchar. Los músicos empezaron a tocar un tango criollo, y muy contento ya el rollo me proponía a largar, cuando se presenta el padre y me dice: "Num permito que nessuno cumpadrito venga cun me hica a bailar". Sin que yo me diese cuenta me sacó la hija del brazo y me largó un castañazo que "a gatas" pude cuerpiar. En cuanto otra vez se vino le di un sopapo en la ñata y toda la "chocolata" al suelo le hice saltar. Se armó la de Dios es Cristo y al sentir la gritería acudió la policía y empezó la indagación. Al ver el río revuelto, yo, que no soy hombre lerdo, "Si te he visto no me acuerdo..." salí como exhalación.