No te perdono, que no me hayas permitido deshojar esos botones de tu vestido blanco No te perdono, que mis manos no hayan sido las que hilaran el brocado de tus cálidos suspiros No te perdono, que esa noche hayas volado, sin yo haberte cabalgando a tu primera Luna No te perdono, que tu cuerpo de azucena, disfrutara un consciente, ignorante de mi pena No te perdono, de que no hayas sido mía Esa luz que en tu ventana anunciara un nuevo día No me decido ver esa fotografía, donde todo era alegría, mientras tanto yo moría No te perdono, que no fuera quien diera el zarpazo de esa fiera, cuando al fin te desvistiera No me resigna recordar a ese insensato, yo conservo ese retrato, para nunca perdonarte No me resigna recordar ese insensato, yo conservo ese retrato, para nunca perdonarte