Querido diario Estoy casi segura de que estoy podrida por dentro Me paso el día rezando pero no hay respuesta Sigo atrapada en una parte mía que odio En una pesadilla de manos y dedos y voces inmundas Para que mis sueños no sean tan oscuros intento dormir de día Todas las mañanas pienso en hacer daño En lastimar a los demás o en arrojarme desde esta ventana Y no sé si pensar en matar y morir es lo mismo que hacerlo Alguien me dijo que son los pensamientos lo que cuentan, no las acciones Porque Dios lo sabe todo Hablando de Él, no entiendo si me está castigando porque hice algo malo que no recuerdo O si esto le pasa a todo el mundo No soportaría enterarme de que soy la única con este dolor Que ya es mi sombra y mi compañero Pecados brutos que me atormentan y me excitan le preguntan a mi ventana si ya estoy dormida Para entrar, provocarme y esconderse en el bar al final de la calle Dejándome con ganas de más, con ganas de ir a buscarlos Tengo miedo de morirme pronto Cargada de esta desesperación, de nunca haber entendido por qué estuve aquí, sí había un propósito Si el mundo y mi vida tienen sentido o si solo soy un experimento perverso de alguien allá arriba Estoy cansada, estoy enojada con Dios por olvidarse de mí, estoy despidiéndome desde que nací Creo que la única manera de exorcizar este dolor es provocarlo A lo mejor no puedo liberarme de él y ya, a lo mejor, tengo que pasárselo a alguien más Voy a averiguarlo