Voy a hablarles, compañeros, de las mujeres del Cuá Que bajaron de los cerros, por orden del general De la Maria Venancia y de la Amanda Aguilar Dos hijas de la montaña que no quisieron hablar Ay, ay, a nadie, vimos pasar La noche negra se traga aquel llanto torrencial Ay, ay, la patria llorando está Parecen gritos de parto los que se oyen por allá Dicen que Chico González no lo volvieron a ver De noche se lo llevaron para nunca más volver A Esteban y a Juan Hernández los subieron al avión Y al aterrizar más tarde ya nadie más los miró Ay, ay, a nadie, vimos pasar La noche negra se traga aquel llanto torrencial Ay, ay, la patria llorando está Parecen gritos de parto los que se oyen por allá A la Cándida Martinez Un guardia la conminó Vení, chavala, le dijo Lavame este pantalón La cipota campesina Fue mancillada ahí nomás Y Tacho, desde un afiche Reía en el Taquezal Ay, ay, a nadie, vimos pasar La noche negra se traga aquel llanto torrencial Ay, ay, la patria llorando está Parecen gritos de parto los que se oyen por allá Retoñaban los quequisques Estaba la milpa en flor Cuando a la pobre Matilde La patrulla la agarró La indita abortó sentada Con tanta interrogación Me lo contó la quebrada Que baja del septentrión Ay, ay, a nadie, vimos pasar La noche negra se traga aquel llanto torrencial Ay, ay, la patria llorando está Parecen gritos de parto los que se oyen por allá Voy a hablarles, compañeros, de las mujeres del Cuá Que bajaron de los cerros, por orden del general De la María Venancia y de la Amanda Aguilar Dos hijas de la montaña que no quisieron hablar Dos hijas de la montaña que no quisieron hablar