¡Muy buenos días, Princesa! Urgando estoy en armario Rebuscando en la cabeza Que fue de esa brisa fresca que cantó un niño del barrio ¡Muy buenos días, Princesa! Y aunque ya sabes mi destino siempre tú Perdí la ilusión, la inocencia es un don Se derramó donde quedó mi juventud Y tan perdido al son de mis contradicciones A las pasiones me he querido encomendar Más solo dando gracias a quien me ha prestado el alma Como amigo y por amor al carnaval He vaciado to los miedos que caray Pa cantarle a mis infiernos que bonito es ser de Cai Y desde el barro aprendiendo del fracaso Saboreando muy despacio lo poquito que me dais Quiero sentir ese calambre que te da la vez primera Porque entendido que el camino era mi destino Más que la obsesión por una meta He desplegao mis alas libres al viento pa quererte a mi manera Obedeciendo al corazón que pudo más que la cabeza Alejado del rebaño que es lo que me hace feliz Como era antaño oveja negra, oveja negra