A la luz de una vela de cera me he sentado a escribir estas letras Y aunque estén un poquito mal hechas, lo que digo son cosas muy ciertas En un tren pasajero se han ido una joven que mucho adoraba No me llamen un hombre cualquiera al decir que por ella lloraba Recargado en un poste miraba cómo el tren por la vía se alejaba Me sentí solo, triste y perdido y, ay, qué tarde friolenta y nublada Yo me fui a la primera cantina y me bebí muchas copas de vino Yo no sé maldecir ni maldigo, pero allí renegué del destino Desde aquella cantina miraba dos pañuelos que ondeaban muy lejos Tal vez era el cristal de las copas o del vino, tal vez, su reflejo Yo salí por las calles oscuras, no miraba brillar ni una estrella Una nube de llanto en mis ojos me cegó aquella noche por ella A la luz de una vela de cera me he sentado a escribir mis recuerdos Todavía no descuelgo el retrato dedicado por su puño y dedo Y a la luz de una vela les firmo lo que tanto he guardado en secreto Salgo en mi juicio y regreso borracho porque amor como aquel no lo encuentro