Creemos en el Dios que ama a los jóvenes

Eduardo Meana

Composición de: Eduardo meana sdb
tonalidad: G Afinación: E A D G B E
Intro: G   D  Em  Bm  C  C  (con cejilla)Do Re Mim Sim Do Sol

G      D      Em      Bm         C  Am  D 
Creemos en el Dios que ama a los jóvenes!
        C     D       Em  Bm     C   G  
Creemos en el Dios que ama a los jóvenes!

G                          (C  G  )
Porque es un amor especial:
                        (C   G  )
un amor de predilección.
                           (C  G  )
¡Su mirada es tan paternal,
                         Am 
Tan gozosa, al verlos crecer!.
Siento cómo quiere abrazar
                    Bm 
El alma de cada uno ya,
                            C      D 
¡Cómo quiere, a cada joven, alcanzar!

Sigo al Cristo que pide hoy:
“Dejen que ellos vengan a mí”
Entre ellos Él quiere estar,
Muy a gusto se siente allí.
Y yo estoy también por ahí,
a ese encuentro me asomo feliz:
¡Cristo y los jóvenes son mi lugar!.

Ese amor, hasta en el peor
Y más turbio mundo interior,
Busca y siempre sabe encontrar
Fondos de inocencia y de luz;
Territorio virgen, quizás,
Que semilla buena espera aún,
Y el sudor amigo de algún sembrador.

Un amor que da libertad
Y el rebelde aún quiere amar;
Y que atrae con suavidad
Y al lejano sabe esperar.
Agridulce es la libertad:
Los hijos la aprenden con dolor
Y el padre es paciente y es educador.

Solamente posee Dios
Esa llave que Él diseñó,
Para en cada joven abrir
El secreto del corazón.
Ellos dan su llave también
Al que sabe que los quiere bien,
Y con ellos sintoniza vida y fe.

Infinita es su compasión
Porque es frágil la juventud:
Existencia en sueño inicial,
Vulnerable proyecto aún.
Los acecha aquél predador
Que puede marcarlos con su mal
Hasta malheridos... si no hay un pastor.

Pasa a A 

A                            (D  A )
Siendo su torrente de amor...
                            (D     A )
¡Conmovido, amo a este Dios!
                            (D  A )
Da a los chicos y a su dolor
                        Bm 
Su infinito mar, su bondad.
Y rejuvenece mi fe,
                    C#m 
Y me reconozco “uno más”:
                              D      E 
¡Soy también un hijo que Dios quiso amar!

Y también yo quiero cuidar
Los hijos que Dios nos confió,
Y en mi vida así prolongar
Su ternura y predilección.
Junto a cada joven, tú y yo,
Su sagrada vida defender,
Su sagrada vida hacer florecer.
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