Su espíritu recorre las naciones, Derramando un cántico nuevo. Y su pueblo se une al canto del cielo, Esperando de su derramamiento. El cielo, Y la tierra, Se unen, En adoración. Y toda rodilla se postra ante su majestad, Porque la tierra responde al clamor del cielo, Y el altar, está lleno del incienso, Preparado para su regreso. El cielo, Y la tierra, Se unen, En adoración.