Allá en aquel valle Sembrado de azucenas Dejé mi joya hermosa Ha oime iñongatupy Mi única esperanza Mi zagala morena Cual hada pura y bella Ma'ê rory rory Yo guardo aquí en mi alma Eterna tu promesa Como reliquia santa Che nichomíme oiko Y pasarán los años Y nunca la firmeza Se secarán sus hojas Ni ojepotypo'o Hoy me parece verle Su negra cabellera Mecida por la brisa Oñeñopê jovái Y sueño como un ángel En noches placenteras Teniéndola en mis brazos Apáy ha ndavy'ái ¿Donde estará entonces Aquella novia ausente Aquella Diosa humana Che ãnga pehêngue? Yo busco ya en vano Cansado y sufriente Me sume la amargura Naiméigui nendive Allá en aquel valle De ambiente milagroso Dejaba yo un día Mi amada tupãsy Y fue una tarde triste Que trémulo y lloroso Lo último le daba Peteî jepopyhy ¡Adiós, adiós! Decía Con gesto doloroso La mano de su diestra Iro'ysã asy Y yo siento un torrente Que baña a mis ojos ¡Adiós, Belén amada! Ha'évo chetîndy