Tuve, tuve un tiempo más que bello; tiempo que mis manos deshicieron... Mis manos le cerraron las puertas a la dicha y ya no está su voz ni están los dulces besos que en horas malheridas calmaban el dolor. Tuve, todo el cielo cerca... cerca; tuve el incendio y el jazmín. Solo, igual que tantas otras veces, no alcanzo a ver muy claro ahora por qué elegí el final de siempre. Tuve, el buen amor, la luz celeste, el beso ardiendo en mi ansiedad, la copa que mi sed saciaba de verdad y alguna vez quebré.