Nada por la orilla, hasta que brilla el espigón Barcos amarrados, a la niebla de Gabón Sube a la bodega, donde tiene que esperar Más de veinte noches, veinte lunas en el mar Ruido de motores, que resuenan sin tener Tiempo ni descanso, que los haga detener Ruido que fondea la sedienta soledad Sin saber a dónde ni a que puerto llegará, tan solo África central, cielo de carbón Golpe de tambor, danos tu condena Yo traigo la sangre de un pirata somalí Que alguna vez nací, que hoy vive en mí Más de veinte noches, en el filo de un timón Vio en el agua dulce, los reflejos de un gorrión Río de la Plata, fondeadero lodazal Barro que en sus manos, por los años quedará Vende los anillos y pulseras bajo el Sol Oro de las minas del tesoro Salomón Si es que sopla viento desde el río y más allá Siente que algún día a su tierra volverá