En esta inmensidad de la vida, los abuelos llegaron a ti En esta multitud de humanidad, la naturaleza te eligió a ti Y en la selva el yagecito decidió, que ya no más, que hay que parar Con tanto sufrimiento de toda una vida, que el dolor, él lo va a curar De las cadenas, él te desataba y con amor te liberará Que este proceso, solo pertenece a ti, que nadie más te va a comprender Y que las criticas, envidias, llegaran, pero con firmeza vas a triunfar Y es la luz, del gran espíritu, que reconforta para avanzar Y esa luz, es Jesucristo, tan celeste para sanar