Junto al pozo estaba yo Cuando un hombre judío Vio la sed que había en mí Sin oír, me conoció Fue cuando me brindó De un agua que brota sin fin Dame de beber, pues tengo sed No quiero más buscar en otras fuentes No precisaré volver aquí para poder saciar mi sed Una vez que te escuché hablar Eres aquel que mi alma esperó La fuente de vida que me encontró Es don de Dios, el Mesías Nuestro Salvador