Hoy te acercaste a mi lado y sobre mi hombro dijiste adiós, que tal vez me dolería pero sería lo mejor. Yo te tomé entre mis brazos preguntando al oido cuál fue la razón y titubenado entre llanto rompiste mi corazón. Me dijiste que él era un hombre, que yo era un chiquillo y tú una mujer. Me pédiste que te comprendiera que lo mío fue sólo para olvidarte de él. Me sentí un muñeco de trapo que después de usado se olvidan de él. Luego tomaste tus cosas con un beso hipócrita, marchaste con él, de pronto un gran vacío, de pronto te recordé. Hoy en esa estampa tan bella con esos modales, toda una mujer, que me hizo sertirme hombre pero un muñeco también. Me dijiste que él era un hombre, que yo era un chiquillo y tú una mujer. Me pédiste que te comprendiera que lo mío fue sólo para olvidarte de él. Me sentí un muñeco de trapo que después de usado se olvidan de él.