Enceguecí mirando fijamente tu resplandor quemó mis ojos sin esfuerzo y ya no pude escapar, iluminaste mi corazón tomé tu mano y no quise huir Un dulce cáliz lavó mis culpas en tu jardín mi vida humana llegó a su fin es el destello final, una revelación no probaremos dolor si nos tenemos los dos Mi complemento mejor, serás mi religión, y ahora me siento algún dios, porque una diosa me bautizó Un paraíso verdadero, a tu lado queda el cielo un paraíso verdadero ...