Cuando moría me abrazo Y con voz quebrada y lastimera Me dijo que en recuerdo de este amor Me dejaba su blanca calavera Que la robara de su propia tumba Y que en mis horas alegres o de duelo Su espíritu vendría desde el cielo Y a través de ella me vería Y el tiempo pasó Siento su voz Reclamándome ¡Cumple tu promesa! Al fin llego la noche Llena de oscuridad y viento Batiéndose la lluvia y los truenos El mar rugía a lo lejos Ardiente el corazón y presa de terror Escale la muralla de los muertos Sentí de inmediato su presencia En aquel viejo cementerio Nada cambiara Siempre estarás allí Mirándome Aunque tus ojos ya ¡... No me puedan ver! Por las calles sombrías Del desierto camposanto Llegue así a mi destino Rodeado de coronas y de santos Una lámpara me dio el brillo Rompí su mármol con un martillo Una ráfaga pestilente ¡... Un fuerte olor a muerte! Al fondo de la caja Entre vendajes y mordajas Olas hirvientes de gusanos Se la tragan lentamente De sus brillantes ojos Quedan dos grandes huecos Y de esa boca que era tan apasionada Una muda y terrible carcajada Este amor Es mi dolor La locura Contra la razón De su belleza que radió cual astro No había allí tan siquiera un rastro Era un informe y corrompido andrajo La mire contristado, mudo, inerte Medité en los festines de la muerte Y me hundí en el sepulcro abierto a tajo Temblorosas tendiéronse mis manos Al inmenso hervidero de gusanos Busqué de la garganta las junturas Nervioso retorcí, hubo traquidos De huesos arrancados y partidos Hasta que hollando vi las sepulturas Huí miedoso entre las sombras crueles Creyendo que los muertos en tropeles Levantaban su forma descarnada Corriendo a rescatar su calavera Esa yerta y silente compañera De la lóbrega noche de la nada Eso pasó... Fue ayer... Hoy, en mi mesa Cual escombro final de su belleza Helada, muda, lívida e inerte Sobre mis libros en montón reposa Cual una gigantesca y blanca rosa ¡Que ostenta la risa de la muerte! Sus grandes cuencas como dos cavernas Me miran inmóviles y eternas Y soñando la veo transformarse En lo que era y comienza acercarse Me siento suyo, la siento mía Pero pronto mis pupilas me despiertan Para mostrarme la imagen de la muerte Que estática y sombría me contempla Cuando yo me muera Linda calavera Me acompañarás Hasta la eternidad