Te vi entre pasillos de astromelias blancas Con ojos de encanto y mejillas hoyadas La tarde tembló en tu paso callado Y mi alma entera se quedó mirando Tu sonrisa asomó desde un costado Jugando al escondite con mis labios Yo te seguí con el pulso agitado Sigilando el aire que habías tocado Eras brisa con perfume de deseo Misteriosa, hecha verso y aguacero Te acerqué con palabras encantadas Y mi corazón, ya no dijo nada Ay, amor, Te nombré sin voz ni aliento Te sentí bajando en cada pensamiento En tu aura, la Luna se recostó Y yo te olí, como a un suspiro en flor Susurré poesías entre sombras largas Dibujando promesas con miradas claras Te acercaste queriendo algo más Yo acepté, contemplándote en mi olfato ancestral Tu piel era un jardín de palabras suaves Mi deseo bailaba entre tus claves Los silencios dijeron lo prohibido Y el alma se encendió en su propio abrigo Y el alma se encendió en su propio abrigo Eras brisa con perfume de deseo Misteriosa, hecha verso y aguacero Te acerqué con palabras encantadas Y mi corazón, ya no dijo nada Ay, amor! Te nombré sin voz ni aliento Te sentí bajando en cada pensamiento En tu aura, la Luna se recostó Y yo te olí, como a un suspiro en flor No sé si fue un hechizo o fue destino Pero en ti vi el origen del camino Tus pasos dejaron flores en mi pecho Y aún las riego, cuando cae el silencio Astromelias blancas en mi memoria Tú pasaste, y cambiaste mi historia Con tus ojos, abriste la canción Que aún vibra dentro del corazón