Se quebraron las horas en la penumbra Cuando el silencio nos vistió de ritual Tus dedos eran códices en mi mapa Y yo, un relámpago a punto de estallar La luz se colaba por los bordes del alma Las cortinas dormían su verdad Tu perfume rasgó la madrugada Dejando su firma, sin vacilar No hubo promesas, no hubo voz Pero el aire, nos reconoció Allí, donde el sol no llega Brotó un fulgor sin testigos Rayos tibios entre sombras quietas Piel que entendió lo perdido Tus latidos, idioma subterráneo Mi pecho, su primer abrigo Y en la quietud de ese instante secreto Me volví parte de tu camino El reloj colgaba como un fantasma La noche nos dejó un hilo sin cerrar Había brasas debajo de la cama Y un murmullo que no quiso callar No hace falta gritar lo que somos Si el temblor ya lo supo contar Allí, donde el sol no llega Y el temblor se vuelve abrigo Nos buscamos sin decir palabra Con la piel como testigo Tus latidos, un poema secreto El mío, rompiendo el sigilo Desde entonces, amor, te respiro En lo que no se puede decir Verdades que no caben en la voz Pero arden para siempre Donde el sol no llega Donde nadie ve Ahí comenzó nuestro nombre.