Acunado en la montaña Entre el Hato y Antalá Está San Andrés mi pueblo Mi hermosa tierra natal A su lado como el tiempo El Guaca pasando va Llevándose sin quererlo Lo amable de mi heredad La casona, los abuelos Mi infancia y su libertad Y cargada de ilusiones Mi juventud vio pasar Callejas de alares viejos Estrechas para guardar Promesas y juramentos A la sombra de su paz Ventana donde una noche Lloró de felicidad La hermosa san andreseña Que no he podido olvidar San Andrés terruño grato Quisiera volver de nuevo A la paz de tus alares Y al silencio de tu templo A la infantil alegría De la escuela y el colegio Al repicar de campanas Desempolvar mis recuerdos Recorrer como lo hacía Tus caminos polvorientos Caminos de la laguna A donde voy en mis sueños Laguna de los Ortices Orgullo san andreseño Remanso de paz y abrigo Que a Dios le sirve de espejo He de volver algún día Cansado de caminar A buscar bajo tu cielo Mi infancia y mi identidad Iré de nuevo a Pangote Para volver a mirar Los paisajes de tus campos Los arados y el trigal Y de la humilde casita El humo que en espiral Es la oración del labriego Que hasta Dios quiere llegar Laguna de los Ortices Paraíso terrenal Olor a miel de trapiches Frutales, cañadulzal Veré la serpiente verde Que ha sido su fiel guardián Para contarle que he vuelto Y que me voy a quedar