Anhelo en las regias mansiones morar Do reina mi salvador Escucho los ecos de un dulce cantar de triunfo, de gran loor A mi supremo rey, alegre cantaré Mis ojos han de ver la playa celestial Feliz y libre soy y caminando voy Con júbilo a mi eterno hogar Por senda escarpada, quizá habré de andar El mundo me olvidará Más en la ribera del límpido mar Los santos me esperan ya Gloriosa esperanza, inefable paz Que siente mi corazón ¡Qué dulce es tener comunión y solaz! Con Dios en adoración Eleva tu vista y contempla a Jesús Se fiel a tu rey, señor Los nítidos rayos que nimban la cruz Te envuelven en su esplendor