Qué bueno es el Maestro Con que le podré pagar Cuando me vio navegando En el mundo de maldad Extendió su santa mano Él me quiso rescatar Maestro, oh Maestro, Maestro de Galilea Tú me viste naufragando Como el barco en la marea Maestro, oh Maestro, Maestro de Nazaret No te olvides de los tuyos No los dejes perecer Qué bueno es Jesucristo Nunca se me olvidará Cuando yo le había ofendido Él no vio mi iniquidad Se mostró muy fiel conmigo Perdonando mi maldad Mi vida ya era perdida El enemigo me hirió Pero el buen samaritano Transitando me encontró Me extendió su santa mano Mis heridas el vendó Solo te pido Maestro Que me aumentes más la fe Para seguir avanzando Y animando al que no cree Porque el tiempo está muy cerca Y hay que predicar la fe