Existe un viejo molino En la Castilla del alma Que echa a girar con la calma Y al viento se hace cansino Por eso, si en tu destino Sientes incordia de verte Repítete de esta suerte Misionero y sacerdote Sé quién soy -dijo el Quijote Y fue corriendo a la muerte No hay gloria, honor ni prendas, misionero Y no hay soldada de oro en tus alforjas Es la espera confiada, en que te forjas El único motivo verdadero Es la espera confiada, en que te forjas Tu paga y tu jornal al día entero No hay calores de hogar, mesa servida Ni un niño como vos para esperarte Solo el Amor clavado en que fijarte Para fijar de amor toda tu vida Solo el amor clavado en que fijarte Que lo que está clavado, no se olvida Y allá en la soledad de tu misión Entre tus miedos, pruebas y flaquezas No dejes de pensar en Dulcinea Tu Dueña, a quien llamas Congregación Y mira que es tan santa tu pelea Que nunca desertar será una opción No hay volver a tomar lo ya entregado No hay de esas libertades que da el mundo Solo existe el criterio más profundo Del don de toda el alma a lo mandado Solo existe el criterio más profundo De ser más libre estando más atado Y porque ríes viendo el cielo gris La tierra no comprende lo que amas Ya que lo queman todas esas tres llamas Y todo lo que das lo recibís Te extinguen, misionero, esas tres llamas Y te embriaga en su olor la flor de lis Y allá en la soledad de tu misión Entre tus miedos, pruebas y flaquezas No dejes de pensar en Dulcinea Tu Dueña, a quien llamas Congregación Y mira que es tan santa tu pelea Que nunca desertar será una opción