Sánguche milanguero En la esquina del baldío Donde el asfalto sueña trigo Hay un olor a victoria Aceite fresco, pan crujiente La milanga canta en la sartén Con su manto de oro La lechuga, verde ejército Saluda al tomate campeón Se grita en lo alto ¡Ajo, perejil! ¡Un toque de sal! ¡Eh, sánguche de milanesa! Sos un Templo de harina y carne Eres la fe de la certeza Contra el mundo amargo y flaco Con lechuga que es bandera Y tomates en rebelión Hasta la pena se muere Al ritmo de esta canción! El pan tostado es como una nube con costra La mayonesa, diosa justa Une los reinos del cielo Con la tierra nacida del limón Y en cada mordida, un viaje Es la infancia en un bar de barrio Los viernes sin relojes Y ese gas de la Mirinda Que pica la nariz con alegría ¡Eh, sánguche de milanesa! Templo de harina y carne Eres la fe de la certeza Contra el mundo amargo y flaco Con lechuga que es bandera Y tomates en rebelión picante se pone la cuestión ¡Hasta la pena se muere Al ritmo de esta canción! No hay filosofía ni libro Que explique este arte sencillo La milanga no se piensa ¡Se vive! ¡Se desordena! Y si la vida te apuña Repítete este mantra Chango dame un sándwich de mila Y una Mirinda pa’ seguir ¡Eh, sánguche de milanesa! Templo de pan crocante y carne Eres la fe de la certeza Contra el mundo amargo y flaco Que la alegría sea crujiente, milanesa alma y vida de una historia tucumana Con sonido de hielo en un vaso y sartén chisporroteando ¡Otro más pa’l campeón!, grita el cocinero El sánguche es abrazo, es himno, es llave Comida de los soles que no se apagan Y que despiertan nuevas historias compartidas con amigos