¿Por qué mi amor, te quieres alejar de mí? Por qué es difícil aceptar Que ayer yo estuve en otros brazos No sigas más dudando que yo a ti te amo Ay, deja los celos que tanto Te atormentan el corazón ¿Por qué me condenas por lo que pasó? ¿Quién podrá decir que nunca resbaló O que jamás nunca cometió un error? No me juzgues, por favor, que no eres Dios Hagamos el cargo que nada pasó Y sigamos disfrutando nuestro amor ¿Cómo te atreves a decir que yo Solo te busco por una razón? ¿Qué solo me interesa la pasión Y de tu cuerpo ser el dueño yo? Mira, mis ojos te pueden decir Lo que muy dentro de mi corazón Tengo guardado para ti, mi amor No sigas más dudando que te amo Mi vida, por siempre te amaré No olvides que siempre te amaré Mi amor, nunca te defraudaré No olvides que siempre te amaré Cómo te atreves a decir que yo Solo te busco por una razón Que solo me interesa la pasión Y de tu cuerpo ser el dueño yo El dueño yo Recuerda bien que cuando tú me conociste Esa noche tú me dijiste Que mi pasado no importaba Fui muy honesto y nada a ti yo te oculté Mi vida, lo sabes muy bien ¿Por qué entonces te mortificas? Quiero que recuerdes que te sigo amando Y sé que me amas, no puedes negarlo Entonces no sigas con tu inmadurez Cierra tus oídos a lo que te digan Abre el corazón para darte mi vida Y deja ese orgullo que no te hace bien Y no me vuelvas a decir que yo Solo te busco por una razón Que solo me interesa la pasión Y de tu cuerpo ser el dueño yo Mira, mis ojos te pueden decir Lo que muy dentro de mi corazón Tengo guardado para ti, mi amor No sigas más dudando que te amo Mi vida, por siempre te amaré No olvides que siempre te amaré Mi amor, nunca te defraudaré No olvides que siempre te amaré Cómo te atreves a decir que yo Solo te busco por una razón Que solo me interesa la pasión Y de tu cuerpo ser el dueño yo Mira, mis ojos te pueden decir Lo que muy dentro de mi corazón Tengo guardado para ti, mi amor No sigas más dudando que te amo Cómo te atreves a decir que yo Solo te busco por una razón Que solo me interesa la pasión Y de tu cuerpo ser el dueño yo