Quería que fueran tus ojos La luz de mis despertares Y ahora vivo en tinieblas Con un bastón de pesares También quería que a tu sueño No le pasara ni un mosco Soñabas con otro dueño Qué pena, hoy lo reconozco Hay penas que son eternas Ya se hizo eterna la mía Me está, me está pesando la vida Con tanta melancolía No le reprocho a tu engaño Ni le reprocho a tu olvido Le reprocho a tu veneno Que matarme no ha podido Quería que fueras señora Tú no naciste para eso Tus besos son peregrinos Te comprendo, aunque confieso Que, a veces, perdiendo el piso He maldecido tu nombre Y he lavado mis heridas Con dos, tres lágrimas de hombre Hay penas que son eternas Ya se hizo eterna la mía Me está, me está pesando la vida Con tanta melancolía No le reprocho a tu engaño Ni le reprocho a tu olvido Le reprocho a tu veneno Que matarme no ha podido