Donde siempre se citaron Ocuparon un rincón A los ojos se miraron Con pasión Aquella tarde ordenaron Vino tinto para dos Yo, el cantante, fui testigo De su adiós Él alzó su copa, besó su boca y, con temblorosa voz Dijo: Brindo, querida, porque la vida trate bien a los dos Y que te bendiga Dios Y, mientras tanto, bañada en llanto, ella también brindó Y allá, en la farra, una guitarra lastimera lloró Pues también sufría yo Donde siempre se citaron Esa fue la última vez El vino se terminaron Y después Cada quien por su camino Cada cual con su dolor Fui testigo de la pena De ese amor Él alzó su copa, besó su boca y, con temblorosa voz Dijo: Brindo, querida, porque la vida trate bien a los dos Y que te bendiga Dios Y, mientras tanto, bañada en llanto, ella también brindó Y allá, en la farra, una guitarra lastimera lloró Pues también sufría yo