Señoras y señores, yo nací entre la sierra De Mágina y Cazorla, sobre la dulce tierra De olivares que baña el río Guadalquivir Y he apedreado pájaros, vareado aceitunas Rondado a las muchachas en las noches de Luna Y oculto tras la barba mi cara de infeliz Por herencia me dieron unos años impuros Un precario presente, un incierto futuro Y algún pasado hermoso que gusto recordar Una voz medianeja, un gato, una guitarra Una ausencia de puerto donde echar mis amarras Un padre policía y un hermano social Cuando supe del árbol de la fruta prohibida Amé cada sonrisa, cada piel, cada herida Que abrió cada muchacha en mi vida al pasar Y aunque no pocas veces me sonrió la fortuna Yo elegí de entre todas las mujeres a una De cuyo nombre ahora no me quiero acordar Cuando canto quisiera pensar que con mi canto No solo estoy hablando de mí, sino de tantos Que como yo vivieron la misma situación En esa España oscura que cantará el poeta Que enmascara discursos, charangas, panderetas Cantando estoy hablando de mi generación Fuimos ovejas negras de todos los rebaños De un balar que tornaron agresivos los años Y nunca realizamos los sueños de papá Tal de la peste huimos, de las mentes de sesudas Amamos a Vallejo mucho más que a Neruda Y jamás aprendimos el arte de trepar No pudimos ser héroes y a falta de trincheras Donde entregar la vida buscando una carrera Dimos con nuestros huesos en la universidad Donde, si no, la auténtica cultura conocimos La verdad que encerraban los libros clandestinos Y nos enamoramos de Doña Libertad Por eso duele ahora regresar al pasado Casi todos los viejos amigos se han casado Y mi primera novia debe ser madre ya Ricardo se hizo médico, Arturo es licenciado Unos más, otros menos, todos se han instalado Y yo canto boleros en cualquier restorán A veces, cuando en casa de Publio discutimos De los tiempos aquellos, de las cosas que hicimos De las otras que nunca nos dejaron hacer Siempre sale quien dice qué coño si nacimos En un país siniestro, si amamos y sufrimos Un país que nos trata como un amante infiel Pues que en las nobles artes mi destreza no es mucha No se tomen en serio señores que me escuchan A quien por divertirse les canta esta canción Como todo cantante soy exhibicionista Y subo al escenario como el seminarista Que ladra desde el púlpito su aprendido sermón Y acabo no sin antes hacer una advertencia Métanse por el culo la voz de la experiencia Guárdense sus consejos, no me van a cambiar Aunque quiera ya nunca podría ser como ustedes No me gustan sus caras, sus vidas, sus mujeres No me gusta un pimiento su imbécil sociedad Aunque quiera ya nunca podría ser como ustedes No me gustan sus caras, sus vidas, sus mujeres No me gusta un pimiento su imbécil sociedad