Pude andar sin frenesí, pude andar sin ilusión; cuando el paso es porque sí, se acorrala el corazón. En batallas huecas, que simularon luces y engañaron fuegos, al sólo encender llamas. Bien acomodados en las góndolas. Resplandeciendo... Vas a andar sin frenos, otra vez de cero, destrabando el tiempo, mirando de nuevo. Es el color de viejas pieles que se van cayendo. Ya lo ves, aparecí detrás del cielo: buscando, sintiendo. Como llamas que se dejan ir y encienden fuegos, son gotas de aliento.