El viejo Julián detiene el tiempo Cuando se fuma algún recuerdo Entre pitadas se le va la vida Desandando el humo del silencio Alza los ojos y mide las nubes El vino le demora las palabras Es como un abrojo la memoria Que va prendido en las entrañas El viejo Julián es de poco hablar Pero diciendo, dice con claridad Silencio que anda por el mundo Y que a veces le da por clarinar Dicen que vino de Pueblo Grecco Que fue tropero por el río Negro Profeta andariego de los valles Corazón de quebracho y de cedro Ahora tiene decidida la barba La cara de tierra, las crines blancas Un ranchito allá por el pajonal Y una tristeza distante en el anca Pero en su pecho sobran palomas Cuando oye templar una guitarra Galopa hacia dentro de sus sueños Y se le ablanda el terrón del alma Con las riendas sueltas a su antojo Anda los cuatro rumbos de su vida Es una trinchera la esperanza Que consuela al alma y la alivia Por los alambrados de la soledad La tarde entera huele a ausencia Julián se bebe un trago de sombra Solo por olvidar que aún recuerda