Esta es la historia de un jardín que creció delante de una nube, todos los bichos van allí. Cuando llueve y sale el sol, de los matorrales a la charca, hay un arco iris de color. Todos los días soñaban una nueva canción, cantaban que su vida en la tierra no tenía valor. Tras la rama, el oso ríe, ahora es mucho más feliz que antes, va descalzo y no se aburre de ver el cielo azul brillar y brillar. Las ranas y los bichos que jugaban en el fango nadaban despacito por la orilla de los charcos. La luna en el jardín nunca está sola, jugaba con las estrellas agarrada a su cola. Los hilos de la suerte están cansados de perderse, el jardín de violetas son hormigas con cometa donde suena alegre una guitarra que la toca mi compare y se dedica a perfumarla. No hay serpientes en el jardín, todos los camellos van desnudos con manzanas para ti. Una respuesta encontrarás en las raíces de las setas, todos los duendes viven allí. Fumando tabaco de barro y contando cuentos, no son de nadie, sólo del viento. Un payaso me advirtió del aviso urgente y pretendiente, era el momento de volver. Me tuve que marchar de vuelta a la ciudad. Las ranas y los bichos que jugaban en el fango nadaban despacito por la orilla de los charcos. La luna en el jardín nunca está sola, jugaba con las estrellas agarrada a su cola. Los hilos de la suerte están cansados de perderse, el jardín de violetas son hormigas con cometa donde suena alegre una guitarra que la toca mi compare y se dedica a perfumarla. El viaje se acabó y he regresado a la vida donde duelen las heridas. Pero sé que hay un jardín donde viven todos mis compares con canciones para ti.