He muerto tantas veces Quizás esta no sea la última vez Algo se oscurece La luz se apaga, nunca va a fallecer Yo supe del desierto Cuando recuerdo a tantos que ahora no están La muerte es de los muertos Y todo esto comienza a sonar igual Un verso pasa Una daga rescatada del ayer El silencio se desplaza Y es que, a veces, es tan difícil perder Y estar así, cavando lechos A los ausentes y a los desechos Estar así, gritando al hielo Pues mientras más vivo, más muero No puedo soportar Me estalla el paladar Y se abren trozos del sepulcro de mi cuello Hoy es la soledad La única capaz De hacer que, de estas grietas, salga algún destello Sus pechos se abren Están en todas partes Sus vidas valen mucho más que otros cuerpos Veo una luz en su razón Para ir al cielo, basta tu rincón Y saber que no existe parto sin dolor Para ir al cielo, basta tu rincón Para ir al cielo, basta tu rincón