Por los boliches de tabaco hierba y piso sucio Andan los ojos de vidrio de la noche en un vuelo interior Y abren puertas de sueño en el silencio de cada corazón Cada cual con el suyo y todos uno Cada cual con el suyo y más profundo Cada cual con el suyo anda errabundo Y la guitarra desata los alambrados del cielo Y lleva a todos con ella a entregarlos al cantor Señuelo de un denso día Portal de la serranía Rumbo de la lejanía La noche es un callejón Y están muertos los cigarros Y están muy turbios los ojos Pero el fogón está rojo Pasó un matrero en la voz Por los pasos de la sierra Siempre hay alguno esperando Y está la muerte aguaitando Y hay una cruz y una flor En la golilla tendida Pasa el arisco destino Pero en todos los caminos Tiene su cueva el dolor Y es muy oscura la noche Y es muy negra la traición Y hay un coraje negro de tristeza Y hay un coraje negro de dolor Y hay un querer no recular ni un paso Y hay una muerte que viene a balazos a hacerse dueña de su corazón Y es muy oscura la noche Y es muy negra la traición Y hay un coraje negro de tristeza Y hay un coraje negro de dolor La leyenda abre camino En las ruedas de fogón Y en medio de la emoción Pasa la sombra de Aquino Iba montao en su moro Por las costas de Olimar Mirando la lejanía Rumbo a Sierras del Yerbal Y allá va, y allá va No hay alambrao que lo ataje Habiendo necesidad Flota al viento su gorilla Adiós de su libertad Y allá va, y allá va Como la muerte lo busca No sabe si volverá Y sabe que nada es suyo Pero no sabe temblar Y allá va, y allá va Y una noche de tormenta La muerte lo fue a citar Y fue con su misma mano Con que lo pudo matar Y allá va, y allá va Y en la alta noche se siente Sobre su moro pasar La leyenda abre camino En medio de la emoción Y en las ruedas de fogón Pasa la sombra de Aquino Y allá va, y allá va Y allá va, y allá va Y allá va, y allá va Y allá va, y allá va Y allá va