Así paso mis horas, hundido en la taberna Buscando la esperanza que el mundo me negó Tras la fugaz silueta de una visión eterna Con que marcó mi vida la mano del señor Allá en la lejanía diseña sus contornos La que me hizo triste, borracho y soñador La que llenara un día mis pensamientos todos Aquella que primero mis versos inspiró Tenía entre las mías sus nacaradas manos Y amaba sus encantos como se adora a Dios Mi vida, entonces pura, cuál manantial serrano Su imagen reflejaba de mi primer amor Hoy ladran a mi paso los perros vagabundos Y silban angustiados los vientos que se van Y todos los dolores que acumulara el mundo Parece que dormidos sobre mi alma están Harapos de alegría arropan mi amargura Extrañas ilusiones endulzan mi dolor Y corro tras la luna en trágica locura Buscando la esperanza que el mundo me negó Yo llegaré borracho hasta el reposo eterno Lamento sin ensueños, cansado el corazón Más llevo aquí en el alma prendido su recuerdo Para entregarlo puro al trono del creador Tenía entre las mías sus nacaradas manos Y amaba sus encantos como se adora a Dios Mi vida, entonces pura, cuál manantial serrano Su imagen reflejaba de mi primer amor Hoy ladran a mi paso los perros vagabundos Y silban angustiados los vientos que se van Y todos los dolores que acumulara el mundo Parece que dormidos sobre mi alma están